El Mundial Femenino de Taekwondo debía ser un motivo de orgullo nacional: un escaparate para el deporte femenino, una oportunidad para demostrar capacidad organizativa y un símbolo de confianza internacional. Sin embargo, la falta de cumplimiento amenaza con transformar esa oportunidad en una vergüenza pública.
No se trata de un simple retraso de pagos, sino de una señal alarmante de ineficiencia y falta de seriedad institucional. Los organismos internacionales no evalúan discursos ni promesas: evalúan resultados y compromisos cumplidos.
En mayo pasado, el ministro de Estado de Educación y Deportes, Clemente Engonga Nguema Onguene, consiguió que Malabo fuese elegida sede oficial gracias a una gestión diplomática acertada. Pero todo ese esfuerzo político se diluirá si las promesas financieras no se materializan.
El deporte, más allá de los resultados, exige responsabilidad, planificación y credibilidad. Los impagos no solo generan sanciones, sino que manchan la imagen del país y cierran las puertas a futuras oportunidades.
Guinea Ecuatorial debe comprender que cada incumplimiento tiene un costo político y moral. No pagar a tiempo no es solo un problema contable, sino un signo de desinterés institucional que erosiona la confianza internacional.
Si el campeonato finalmente se pierde, no será culpa de World Taekwondo, sino de la propia incapacidad nacional para cumplir lo que se promete.
Y esa, lamentablemente, es la historia que se repite demasiado a menudo en el deporte ecuatoguineano.
Eso sí, como dicen en las redes, “Guinea Ecuatorial no terminará por asunto de Taekwondo”.
">
El Mundial Femenino de Taekwondo debía ser un motivo de orgullo nacional: un escaparate para el deporte femenino, una oportunidad para demostrar capacidad organizativa y un símbolo de confianza internacional. Sin embargo, la falta de cumplimiento amenaza con transformar esa oportunidad en una vergüenza pública.
No se trata de un simple retraso de pagos, sino de una señal alarmante de ineficiencia y falta de seriedad institucional. Los organismos internacionales no evalúan discursos ni promesas: evalúan resultados y compromisos cumplidos.
En mayo pasado, el ministro de Estado de Educación y Deportes, Clemente Engonga Nguema Onguene, consiguió que Malabo fuese elegida sede oficial gracias a una gestión diplomática acertada. Pero todo ese esfuerzo político se diluirá si las promesas financieras no se materializan.
El deporte, más allá de los resultados, exige responsabilidad, planificación y credibilidad. Los impagos no solo generan sanciones, sino que manchan la imagen del país y cierran las puertas a futuras oportunidades.
Guinea Ecuatorial debe comprender que cada incumplimiento tiene un costo político y moral. No pagar a tiempo no es solo un problema contable, sino un signo de desinterés institucional que erosiona la confianza internacional.
Si el campeonato finalmente se pierde, no será culpa de World Taekwondo, sino de la propia incapacidad nacional para cumplir lo que se promete.
Y esa, lamentablemente, es la historia que se repite demasiado a menudo en el deporte ecuatoguineano.
Eso sí, como dicen en las redes, “Guinea Ecuatorial no terminará por asunto de Taekwondo”.
">16.10.2025 - 13:32h
Otro día más nos ponemos a relatar sobre la no “buena gestión” institucional del sector deportivo en el país, y es que todo acabará en la ya viral frase: “Guinea Ecuatorial no terminará por asunto de Taekwondo”, emulando el reciente caso del Nzalang Nacional masculino de fútbol, que en la última semana ha vivido su particular montaña rusa y ha desnudado los egos y sesgos de los principales actores del fútbol a nivel nacional y el supuesto patriotismo apalabrado entredicho -entre unos y otros-.
Esa vez se trata del Taekwondo. La reciente advertencia de la Federación Internacional de Taekwondo (World Taekwondo, WT) ha vuelto a poner sobre la mesa una de las grandes debilidades de la gestión deportiva nacional: el incumplimiento de los compromisos financieros. Ya una odisea entre una u otra federación deportiva.
A menos de un mes para el Campeonato Mundial Femenino de Taekwondo, previsto en Malabo del 14 al 16 de noviembre de 2025, la organización internacional ha lanzado un ultimátum: si el país no efectúa los pagos exigidos esta semana, el evento será cancelado y se trasladará a otra sede.
Los compromisos adquiridos son claros: 48 millones de francos CFA por derechos de organización y 54,6 millones de francos CFA para la adquisición de material deportivo. En total, más de 102 millones de francos CFA que aún no han sido abonados, pese a los reiterados recordatorios enviados desde Seúl, sede de World Taekwondo.
La carta enviada al presidente de la Federación Ecuatoguineana, Rafael Eneme Enga Obono, expresa una "profunda preocupación” por la falta de acción y el silencio administrativo. Una advertencia que no solo pone en riesgo la celebración del evento, sino también la reputación internacional del país.
El Mundial Femenino de Taekwondo debía ser un motivo de orgullo nacional: un escaparate para el deporte femenino, una oportunidad para demostrar capacidad organizativa y un símbolo de confianza internacional. Sin embargo, la falta de cumplimiento amenaza con transformar esa oportunidad en una vergüenza pública.
No se trata de un simple retraso de pagos, sino de una señal alarmante de ineficiencia y falta de seriedad institucional. Los organismos internacionales no evalúan discursos ni promesas: evalúan resultados y compromisos cumplidos.
En mayo pasado, el ministro de Estado de Educación y Deportes, Clemente Engonga Nguema Onguene, consiguió que Malabo fuese elegida sede oficial gracias a una gestión diplomática acertada. Pero todo ese esfuerzo político se diluirá si las promesas financieras no se materializan.
El deporte, más allá de los resultados, exige responsabilidad, planificación y credibilidad. Los impagos no solo generan sanciones, sino que manchan la imagen del país y cierran las puertas a futuras oportunidades.
Guinea Ecuatorial debe comprender que cada incumplimiento tiene un costo político y moral. No pagar a tiempo no es solo un problema contable, sino un signo de desinterés institucional que erosiona la confianza internacional.
Si el campeonato finalmente se pierde, no será culpa de World Taekwondo, sino de la propia incapacidad nacional para cumplir lo que se promete.
Y esa, lamentablemente, es la historia que se repite demasiado a menudo en el deporte ecuatoguineano.
Eso sí, como dicen en las redes, “Guinea Ecuatorial no terminará por asunto de Taekwondo”.