12.12.2025 - 23:49h
Este viernes, 12 de diciembre de 2025, marcó un antes y un después en algunos casos que marcaron el año a nivel judicial: “Caso Djidjena” y el de Ceiba Intercontinental. Tras meses de seguimiento nacional y un debate público intenso, la Audiencia Provincial de Bioko Norte emitió lad sentencias; el del sumario 51/2024, en la que declara culpable a Santiago Edu Asama y le impone una pena de 10 años de prisión.
El Tribunal, además, dictó una multa de 10 millones de francos CFA contra Edu Asama, quien deberá indemnizar con 20 millones de francos CFA a la familia de la víctima. Las sanciones económicas buscan según fuentes judiciales reconocer el daño causado y enviar un mensaje disuasorio ante hechos similares.
Pero la responsabilidad penal no recae únicamente en el principal acusado: la sentencia también abarca a su ayudante de campo y a su sereno, considerados partícipes en los hechos investigados. La decisión conjunta refuerza la idea de que ningún eslabón dentro de una cadena de responsabilidades queda fuera del escrutinio judicial.
Este fallo, ampliamente comentado por la sociedad, se ha interpretado como una demostración del compromiso institucional por fortalecer la justicia y responder con firmeza a los casos que más conmueven a la opinión pública. Para muchos, la resolución no solo cierra un capítulo judicial, sino que abre un nuevo precedente en la lucha contra la impunidad en el país.
Caso Ceiba intercontinental
El desenlace del llamado “Caso Ceiba” ha reconfigurado el mapa de responsabilidades dentro de la aerolínea nacional Ceiba Intercontinental, en un proceso judicial seguido de cerca por su carga simbólica y sus posibles repercusiones institucionales. La Audiencia Provincial de Bioko Norte ha cerrado este capítulo al menos por ahora con una sentencia que absuelve a dos de las figuras más visibles del caso y sanciona a otros exdirectivos por malversación.
Lejos de responder a un patrón único, la sentencia evidencia la complejidad interna de la compañía durante los años investigados. Ruslán Obiang Nsue, ex Director General Adjunto, fue absuelto tras acreditarse que su capacidad de decisión estaba limitada por la injerencia directa de dos ciudadanos etíopes que, según el Tribunal, controlaban de facto la empresa y que hoy permanecen en paradero desconocido. Este matiz, descrito como decisivo por el tribunal dirigido por Simón Ngomo Mibuy, desmontó los argumentos de la acusación en su contra.
También salió exonerado Luciano Esono Bitegue, ex Director General, después de que la Fiscalía retirara los cargos al no encontrar indicios sólidos de corrupción durante su mandato.
Sin embargo, el fallo no fue benévolo para todos. Los exdirectores generales Cruz Nguema Ela y Alfonso Osa sí fueron declarados culpables del delito de malversación de caudales públicos, recibiendo dos años de prisión y la orden de reintegrar 15 millones de F.CFA cada uno al Tesoro. A ellos se suma Bonifacio Obiang Esono, considerado cómplice y condenado a pagar 5 millones de F.CFA.
No obstante, el Tribunal optó por absolver a los tres de otros cargos apropiación indebida y tráfico de influencias al no hallarse pruebas concluyentes.
El juicio, desarrollado en el tramo final del Año Judicial 2025, deja así una lectura dual: por un lado, la reafirmación de que hubo irregularidades graves dentro de la aerolínea; por otro, la constatación de que no todos los señalados tenían el mismo grado de control ni responsabilidad. La sentencia, que aún puede ser recurrida en casación ante la Corte Suprema de Justicia, abre ahora un nuevo frente: definir qué ocurrió realmente con los etíopes señalados como responsables operativos y cómo sus decisiones afectaron al conjunto de
Ceiba Intercontinental.


