La embajada China en Guinea Ecuatorial celebró los 76 años de la fundación de la Republica Popular 

La velada reunió a autoridades nacionales, diplomáticos y representantes de ambos países, en un ambiente de fraternidad y cooperación.

 

El Hotel Anda China de Malabo fue escenario este martes de una recepción oficial marcada por la solemnidad y el simbolismo, con motivo del 76º aniversario de la fundación de la República Popular China y de los 55 años de relaciones diplomáticas entre China y Guinea Ecuatorial.

 

La velada reunió a autoridades nacionales, diplomáticos y representantes de ambos países, en un ambiente de fraternidad y cooperación. La ceremonia se abrió con la interpretación de los himnos nacionales de Guinea Ecuatorial y de China, que dieron paso a los discursos de rigor.

 

El encargado de negocios de la Embajada de China en Malabo, Jiang Han, destacó los avances alcanzados por su país en las últimas décadas, recordando que China se ha convertido en “la segunda economía mundial, el primer productor industrial y el principal socio comercial de más de 140 países”. Enfatizó además la fortaleza del vínculo con Guinea Ecuatorial, definido como “un modelo ejemplar de cooperación Sur-Sur”, y ratificó el compromiso de impulsar iniciativas conjuntas en beneficio de ambas poblaciones.

 

Por su parte, el ministro delegado de Asuntos Exteriores, Marcos Mba Ondo, en representación del Gobierno ecuatoguineano, felicitó al pueblo chino y reiteró la firmeza de la alianza bilateral. “Nuestras relaciones, además de ser pragmáticas y multisectoriales, son libres e incondicionales y redundan en beneficio de nuestras dos poblaciones”, expresó, subrayando el respaldo de Malabo a la visión de una “comunidad de futuro compartido”.

 

El programa de la jornada incluyó también un matiz cultural y participativo: se entregaron galardones a los ganadores de un concurso de vídeos sobre las relaciones bilaterales, mientras que estudiantes del centro educativo CANIGE ofrecieron actuaciones artísticas que animaron la velada.

 

La celebración, cargada de simbolismo, se convirtió en un recordatorio de los lazos históricos que unen a Guinea Ecuatorial y a China, y de la voluntad mutua de consolidar una cooperación cada vez más estrecha y duradera.