Apenas quedan secaderos en pie. Los pocos que hay, reflejan la imagen del estado de abandono que ha sufrido la producción del cacao en Guinea Ecuatorial con la producción de los hidrocarburos. El drama de los que todavía se afanan (tanto por necesidad, que por amor a la actividad) en continuar con la producción del cacao en el país, es cada vez más agudizante.
Dentro del imperioso plan del gobierno de diversificar las fuentes económicas para tener salir de la crisis económica de hace más de diez años, el cacao ha vuelto a aparecer en escena. “Reconozco la importancia del sector del caco en nuestro país y no podemos dejarlo caer”, llegó a twitear el Vicepresidente de la República, y unos días después, anunciaba que apoyarán en la financiación a la Casa Mallo para la transformación del cacao en pasta. Pero la pregunta de todos está en la existencia de producción. ¿Cuáles son las cifras de producción actual que tiene el país?
Los últimos datos de esa producción a los que hemos tenido acceso, datan de 2015, en un informe del INEGE. A la fecha del 2014, sólo se había producido unas 583,88 toneladas métricas. Un dato que refleja el deterioro absoluto de esta actividad que llegó a registrar unas 3.447,87 en los años 96. Con una tendencia a la baja, actualmente esa cifra del 2014 habría bajado drásticamente. Los mejores tiempos de la producción del cacao en nuestro país fue el periodo 1915-1967, en el que Guinea Ecuatorial llegó a producir hasta 46.000 toneladas, el 3% de la producción mundial.
En la reunión de ayer con el Primer Ministro, el puñado de agricultores plateó al encargado de la coordinación de la administración el ostracismo que vive su actividad. La falta de financiación, la falta de maquinaria apropiada con la que se produce el cacao, la mano de obra que esté incentivada, hasta la constante variabilidad del precio del caco en el mercado internacional.
Según la prensa del Primer Ministro, los agricultores propusieron algunas medidas que coadyuvarían a mejorar su desastrosa situación, mencionando el reforzamiento del Instituto Nacional de Promoción Agropecuaria de Guinea Ecuatorial (INPAGE) en su tarea de financiar, extender, divulgar y apoyar en la logística la actividad agropecuaria, adquirir maquinarias aptas para una producción industrial, reactivar el 50% de los secadores de la isla que actualmente se encuentran en total desuso, regular el precio del cacao en el mercado, reforzar y actualizar la legislación agraria adaptándola al contexto actual para la protección y promoción agrícola, introducir a través de INSESO, mecanismos de cotización del agricultor, un gremio que sigue careciendo de sistema de protección en su vejez. Todas esas medidas deben implementarse antes de hablar de transformación.
El Comité Nacional para la Diversificación Económica “tomó buena nota” a la par que pidió información sobre el número de agricultores y la cantidad de hectáreas disponibles. Más allá de esos encuentros superficiales, lo cierto es que Guinea Ecuatorial necesita elaborar un plan mucho más ambicioso para la reactivación de la producción del cacao, antes de hablar de la transformación.