Por: Dr. Pablo Nguema
La expansión de Banco Nacional de Guinea Ecuatorial (BANGE) es un proceso complejo que puede traer consigo una serie de oportunidades y desafíos específicos. Este proceso, que, a menudo, incluye la apertura de nuevas sucursales, la adquisición de otras instituciones financieras, y/o la entrada a mercados internacionales, tiene y tendrá profundas implicaciones tanto para el propio banco como para el entorno en el que opera. En este ensayo, analizamos las principales implicaciones de la expansión de un banco con mayoría estatal, abarcando los aspectos económicos, estratégicos, operativos y sociales. Pero antes, comencemos con una breve historia del banco BANGE, según se recoge en su página web oficial.
LA FUNDACIÓN DE BANGE Y SU EXPANSIÓN INICIAL
El Banco Nacional de Guinea Ecuatorial (BANGE) fue creado en el año 2005 con un capital social de 2.000 millones de Francos CFA. Este capital inicial fue aportado por tres grupos de accionistas: el Estado de Guinea Ecuatorial con un 35%, el Bank of Commerce con un 30% y un grupo de empresarios privados ecuatoguineanos que también aportaron un 35%. En sus inicios, BANGE operaba con tan solo dos sucursales. Sin embargo, en los dos años siguientes, la entidad bancaria expandió su presencia con la inauguración de dos nuevas agencias. Desde entonces, BANGE ha experimentado múltiples reestructuraciones que han incluido cambios en su junta directiva, la apertura de nuevas sucursales y su internacionalización, destacando la apertura de BANGE BANK CAMERÚN y la creación de BANGE Sociedad de Valores en 2021.
En 2022, BANGE se distinguió como la institución financiera con los mayores fondos propios reglamentarios dentro de su subregión, alcanzando la cifra de 41.072 millones de Francos CFA. Para finales de 2023, según lo anunciado en la Junta General Ordinaria de Accionistas celebrada el 27 de julio de 2024 en Malabo, el banco había crecido significativamente, contando con más de 700 empleados y 123.000 clientes. Además, había incrementado su red de agencias a un total de 35 y sus fondos propios netos a 64.219 millones de Francos CFA. En este punto, la participación del Estado de Guinea Ecuatorial en el capital social del banco había aumentado a más del 64%.
Durante la misma junta, se comunicó la adquisición de CCEIBANK Benín, una operación que fue posible gracias a un préstamo de 10.000 millones de Francos CFA concedido por el gobierno, tal como reportó el periódico digital AHORAEG. Con esta adquisición CCEIBANK Benín pasó a ser parte del grupo BANGE, siendo renombrada como BANGE Bank Benín. Esta expansión refleja la estrategia de crecimiento y consolidación de BANGE en el sector bancario de África Central y Occidental.
BREVE ANÁLISIS DE LAS IMPLICACIONES Y LOS RIESGOS
La gestión eficiente de esta entidad bancaria, reflejada en sus informes financieros, puede elevarla a un estatus de emblema nacional, especialmente cuando se acompaña del respaldo gubernamental. Este apoyo puede ser un factor determinante para que el banco se consolide como líder en el sector comercial del país y, como consecuencia, amplíe su alcance operativo. Sin embargo, la expansión de un banco, particularmente uno con una participación estatal mayoritaria, conlleva consideraciones importantes, como el impacto económico. Dicho impacto puede traducirse en un incremento de ingresos y beneficios debido a la penetración en nuevos mercados y la adquisición de nuevos clientes, beneficiando directamente al banco. No obstante, esta expansión también requiere una inversión significativa de capital para adquirir activos, financiar campañas de marketing y contratar personal adicional.
La expansión bancaria representa un paso significativo que conlleva tanto oportunidades como desafíos. Económicamente, aventurarse en nuevos mercados introduce riesgos financieros, como no alcanzar objetivos de captación de depósitos o enfrentar una recesión económica. Las consecuencias fiscales también son importantes; el Estado, al ser un accionista mayoritario, puede beneficiarse de dividendos incrementados y de la estabilidad financiera del banco. Sin embargo, existen riesgos considerables. Las pérdidas significativas podrían necesitar intervención estatal para preservar la estabilidad bancaria. Por ello, es crucial que la expansión se maneje con una planificación estratégica meticulosa, sopesando cuidadosamente las posibles ventajas y los riesgos potenciales.
Una segunda consideración son las implicaciones estratégicas, mediante la cual la expansión permite al banco fortalecer su posición competitiva. Entrar en nuevos mercados puede ofrecer ventajas como la diversificación del riesgo y la reducción de la dependencia de un solo mercado o tipo de cliente. Asimismo, puede facilitar el acceso a nuevos recursos financieros y competencias que no están disponibles en el mercado local. Para un banco con mayoría estatal, la expansión debe alinearse con los objetivos estratégicos del gobierno. Esto puede incluir la promoción del desarrollo económico, la inclusión financiera y el apoyo a sectores estratégicos de la economía.
La expansión también tiene profundas implicaciones operativas. Como es el ajuste de su estructura organizativa para manejar operaciones más complejas y dispersas. Esto puede incluir la implementación de nuevos sistemas de gestión, la formación de empleados, y la adaptación de procesos de servicio al cliente y cumplimiento regulatorio. Además, el banco debe ser capaz de mantener la calidad y consistencia de sus servicios en todos los mercados. Esto puede ser un desafío, especialmente cuando se expande a regiones con diferentes normativas, culturas y estándares de calidad.
Por último y no menos importante, la expansión de un banco con mayoría estatal también tiene implicaciones sociales significativas. A nivel interno, puede afectar la cultura organizativa y el clima laboral, por la incorporación de empleados de diferentes regiones y culturas, pero también puede generar desafíos en términos de integración y cohesión del equipo. Externamente, puede tener un impacto en las comunidades locales, creando empleo. Sin embargo, el banco también debe ser consciente de su responsabilidad social, asegurándose de operar de manera ética y sostenible, y de contribuir positivamente al desarrollo económico y social de las comunidades en las que se establece. Para un banco con mayoría estatal, estas responsabilidades son aún más pronunciadas, ya que su desempeño está estrechamente vinculado a la percepción y confianza del público en el gobierno.
Todas estas ventajas o posibles beneficios afectan directamente a la empresa e indirectamente a sus socios, cuando se trata de beneficios, pero, en cuanto a las pérdidas o riesgos, no ocurre lo mismo puesto que tanto la empresa como sus propietarios se exponen de manera directa.
La empresa se verá con más activos, con una cartera de clientes y potenciales clientes más amplia lo que puede implicar una cartera de depósitos superior, con unas inversiones superiores, con un mayor número de empleados, es decir, sustentar a más familias, con unos mayores fondos sobre los que financiar su actividad a raíz del mayor número de depósitos, y con eso, se permitiría blindarse ante posibles shocks que, por su tamaño le permitiese seguir operando.
Por tanto, mayor tamaño mayores posibles beneficios para el banco, pero también mayor el riesgo y su exposición (sobre todo de los socios) ante comportamientos negativos de los mercados (shocks negativos).
Un shock negativo como el ocurrido en 2008 con la crisis financiera, llevó a la empresa Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión más grande de EE. UU. a la mayor bancarrota de este país. Eso, implicó la pérdida de confianza en los mercados financieros, que dio paso a una restricción del crédito y a una disminución de la inversión. Además, resultó en una recesión económica que afectó a millones de personas, con un aumento del desempleo y una disminución de la riqueza personal, e incluso se dieron consecuencias sociales, incluyendo una disminución en la tasa de natalidad y un escepticismo generalizado hacia las instituciones financieras y el mercado bursátil. Muchos otros bancos de menor tamaño corrieron la misma suerte y tuvieron que cerrar las puertas, pero su impacto individual e incluso conjunto no fue tan notorio como el de Lehman Brothers, y esta diferencia se debe al factor todo radica en su tamaño.
Bajo una hipotética identificación de BANGE como nuestro Lehman Brothers, una posible crisis (shock negativo), aunque fuese económica, con una gestión de este no adecuada podría producir unos efectos sociales y económicos negativos con una intensidad superior, por ejemplo, si fuese BONAFIDE, ATOM, ROSA MONEY juntos o incluso por qué no ECOBANK. Muchas personas pueden pensar que ya no se podría volver a producir una crisis como la de 2008 para nuestro mercado financiero, por lo que BANGE está libre de riesgo. Esta afirmación no es del todo acertada. Cabe señalar que es cierto que habría baja exposición a un riesgo similar al ocurrido en 2008, dado que tras la crisis se tomaron medidas de control y supervisión de los sistemas financieros, pero al igual que ocurrió en 2008, los bancos no estaban prevenidos sobre las prácticas no asertivas que les llevaron a esa crisis. Lo mismo, podría ocurrir actualmente si no se tuviera la perspectiva suficiente como para “predecir” e implementar otras medidas ante futuras crisis.
¿Cuáles podrían ser? La respuesta queda abierta al servicio de data scientist de BANGE y los expertos financieros del país.
CONCLUSIÓN
La expansión de un banco con mayoría estatal es un proceso complejo con múltiples implicaciones económicas, estratégicas, operativas y sociales. Si bien ofrece oportunidades significativas de crecimiento y diversificación, también presenta desafíos que requieren una planificación cuidadosa y una gestión eficaz. Los bancos que abordan la expansión con una visión clara, una estrategia bien definida y un compromiso con la responsabilidad social están mejor posicionados para aprovechar las oportunidades y mitigar los riesgos asociados, logrando así un crecimiento sostenible y beneficioso tanto para el banco como para la sociedad en general. Pero la posibilidad de rendimientos “escalables” superiores conlleva riesgos aún mayores que estos rendimientos, catapultados por su tamaño. La exposición a estos riesgos no sólo es para la entidad, sino que también para la sociedad donde opera y para los socios.
Para limitar el riesgo, se requiere disponer de la visión suficiente que permita estimar e implementar medidas adicionales a las legalmente establecidos que minimicen su exposición ante este tipo de riesgos.
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