Tres líderes de la peligrosa banda juvenil Dominican Don’t Play (DDP) fueron condenados por obligar a una niña de 13 años mantener relaciones sexuales como castigo en un banco de Torrejón de Ardoz. La menor, manipulada por estos adultos cercanos a los 25 años, pertenecía a la organización, aunque en realidad era tratada como un mero objeto por ellos.
Estos lamentables hechos se produjeron entre finales de 2020 y principios de 2021, cuando el líder de los DDP en Torrejón, conocido como Chamaquito, buscaba expandir su dominio a otros municipios del Corredor del Henares. La banda se dedicaba a actividades delictivas como el tráfico de drogas, robos con violencia y reclutamiento de jóvenes para fortalecer su posición.
La niña fue presionada a elegir entre tres opciones inaceptables: mantener relaciones sexuales con el líder, dejar a su novio o ser expulsada de la banda. Atemorizada y manipulada, optó por la primera, temiendo las consecuencias de no cumplir con el castigo impuesto. Acompañada por su pareja, la menor sufrió esta situación traumática. El silencio impuesto por las bandas como señal de lealtad fue finalmente roto por la valentía de su madre, quien denunció estos terribles hechos y desencadenó la desarticulación del grupo delictivo en Torrejón.
El Grupo de Información de la Guardia Civil de Guadalajara y la Policía Nacional habían identificado a los cabecillas de esta banda como una amenaza en el Corredor del Henares, donde planeaban expandir su poder. Tras una exhaustiva investigación que incluyó la incautación de armas y drogas, así como planes para aumentar la membresía y los ingresos de la banda, siete de los principales responsables fueron detenidos en la Operación Bávaro de julio de 2021, poniendo fin a sus actividades criminales en la región.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha ratificado la condena de tres jóvenes acusados de agresión sexual, abuso sexual y pertenencia a una organización criminal. La víctima, una menor, tuvo que abandonar España por miedo a represalias, tras ser sometida a una brutal agresión por parte de los acusados.
Los acusados, líderes de una banda juvenil, fueron señalados por el tribunal como responsables de la agresión, a pesar de que solo uno de ellos llevó a cabo el acto físico. Según la sentencia, los tres ejercieron presión y sometieron a la víctima, doblando su voluntad y comunicándole la sanción acordada. Todos fueron considerados “cooperadores necesarios” en el terrible suceso.
Fuentes policiales revelan que bandas juveniles como los DDP y los Trinitarios se caracterizan por su tremendo machismo. En estas organizaciones, las chicas son tratadas como simples objetos sexuales y se les excluye de las decisiones y reuniones de importancia. A menudo, ni siquiera se les permite asistir a ciertos encuentros.
Además de ser utilizadas como instrumentos para atraer enemigos, las chicas son víctimas de subterfugios que desencadenan situaciones violentas, como el trágico asesinato de Alejandro Pérez, miembro de los DDP, a manos de una manada de Trinitarios en Villaverde en 2022.
A pesar de algunos intentos de crear grupos femeninos dentro de estas organizaciones, estos han resultado ser simbólicos y siempre sujetos al liderazgo masculino. La presencia de las mujeres sigue siendo subordinada y relegada a un segundo plano en un entorno marcado por la desigualdad de género y la violencia.
