Zimbabwe ha introducido una nueva moneda respaldada por oro llamada ZiG; el nombre significa “Zimbabwe Gold”. Es el último intento de estabilizar una economía que ha ido de crisis en crisis durante los últimos 25 años.
Al presentar los nuevos billetes, el gobernador del banco central, John Mushayavanhu, dijo que el ZiG estaría estructurado y fijado a un tipo de cambio determinado por el mercado.
El ZiG reemplaza al dólar zimbabuense, el RTGS, que había perdido tres cuartas partes de su valor en lo que va del año.
La inflación anual en marzo alcanzó el 55%, un máximo de siete meses. Los zimbabuenses tienen 21 días para cambiar billetes viejos afectados por la inflación por la nueva moneda.
Sin embargo, el dólar estadounidense, que representa el 85% de las transacciones, seguirá siendo moneda de curso legal y es probable que la mayoría de la gente siga prefiriéndolo.
Los nuevos billetes ZiG vienen en denominaciones de entre 1 y 200. También se introducirán monedas para superar la escasez de monedas estadounidenses, que ha provocado que la gente reciba cambio en dulces, pequeños chocolates y bolígrafos.
Mushayavanhu dijo que la nueva moneda se estaba implementando con efecto inmediato y que los bancos deben convertir los saldos actuales en dólares de Zimbabwe al ZiG. Se comprometió a garantizar que la cantidad de moneda local en circulación estuviera respaldada por un valor equivalente en minerales preciosos -principalmente oro- o divisas, para evitar que la moneda perdiera valor como sus predecesoras.
Los zimbabuenses tienen una desconfianza histórica hacia el banco central, que se remonta a 2008, cuando imprimía billetes de 10 billones de dólares de Zimbabwe mientras la inflación se había salido de control.
Luego abolió su propia moneda y durante muchos años sólo utilizó billetes extranjeros como el dólar estadounidense y el rand sudafricano.
A finales de 2016, el organismo introdujo una nueva moneda llamada bono que estaba respaldada por la línea de préstamo en dólares estadounidenses. El entonces gobernador del banco central, John Mangudya, prometió que permanecería a la par del dólar estadounidense. Pero el bono se derrumbó cuando el gobierno comenzó a imprimir un exceso de dinero