Según cuenta, fueron unos 11 años caracterizados por “la violación sistemática y persistente de los derechos humanos, los encarcelamientos arbitrarios y juicios sumarísimos, los asesinatos políticos y desapariciones de ciudadanos, el éxodo de un tercio de la población al exterior y el empobrecimiento crucial del País; hasta que un ejercito liderado por el entonces teniente coronel Obiang NGUEMA MBASOGO, tomó acciones militares para la liberación del pueblo. “Estamos valorando positivamente la libertad recobrada por el pueblo desde entonces, al tiempo que honramos a las Beneméritas Fuerzas Armadas y de la Seguridad del Estado, así como de aquellos compatriotas ecuatoguineanos que perdieron sus vidas en defensa de la libertad y pervivencia de la Nación”, recoge el discurso del presidente, compartido por la página oficial del gobierno.
Ha proseguido el presidente con otro matiz: “hemos podido desarrollar las infraestructuras del país, garantizando los servicios sociales básicos; el país está manteniendo relaciones diplomáticas y de cooperación económica con casi todos los países del mundo. Hemos elevado el nivel de formación de los recursos humanos, en fin, existe un clima de Paz, Estabilidad y Seguridad que garantiza el desarrollo de las actividades de los ciudadanos”, dice.
El punto novedoso de esta edición, según el discurso del Mandatario, recoge una posible crisis económica. “El día 3 de agosto interpela por consiguiente, a la unidad y solidaridad del Pueblo de Guinea Ecuatorial ante cualquier contingencia que se le presente, haciendo referencia a que: “La actual crisis del petróleo y la falta de diversificación de la economía nacional constituye una de las contingencias que el Pueblo de Guinea Ecuatorial debe asumir solidariamente, en cohesión entre todos, incrementando cada uno la productividad de sus respectivas actividades económicas para alcanzar el autosostenimiento”, avisa.
Segun viene recogido en el escrito, el Gobierno, por su parte, debe continuar incrementando sus esfuerzos para alcanzar la diversificación de los medios de producción, al tiempo que debe apoyar a la población con medidas que incentiven sus emprendimientos económica.
En otro fragmento del discurso, conciencia que “los brotes de inseguridad y de corrupción que se aprecian en los últimos años, deben constituir otra de las contingencias que todos debemos luchar solidariamente unidos. Estos actos, con frecuencia dan lugar a la violencia y al terrorismo transfronterizo, que causan la mayor parte de las guerras internas en África”.
Prosiguiendo con su discurso, el jefe de Estado reconoce que “debemos tener fe y confianza en nuestra capacidad de obrar para hacer frente a los retos que se nos presentan, porque hemos demostrado suficientemente nuestra capacidad para transformar el país, sacándolo del profundo subdesarrollo hasta convertirlo en una Nación que aspira a la emergencia y autosuficiencia”.
Por tanto, aconseja que “no debemos buscar la solución de nuestros problemas internos recurriendo a la violencia ni al exterior, porque ninguna ayuda de fuera vendrá de forma gratuita. Es una posición ridícula, vergonzosa y utópica, cuando damos la espalda a la fuerza del dialogo y de la concertación, para recurrir a poderes externos; porque cada País tiene también sus propios problemas y necesidades que a veces son más graves que los nuestros”.
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