La fresa, una fruta dulce y jugosa que se disfruta en todo el mundo, tiene sus raíces en las montañas de los Alpes europeos. Con el tiempo, su popularidad se ha extendido gracias a la labor de exploradores y comerciantes que la llevaron a América y Asia. Este pequeño fruto no solo es conocido por su delicioso sabor, sino también por su impresionante perfil nutricional.
Con un alto contenido de vitamina C, las fresas se destacan como un potente aliado para fortalecer el sistema inmunológico y promocionar la salud de la piel y los tejidos, recoge la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Además de su riqueza en vitaminas, las fresas son una fuente valiosa de antioxidantes y fibra. Su contenido de flavonoides, como las antocianinas, les otorgan un color rojo vibrante y contribuyen a combatir el daño celular causado por los radicales libres.
La fibra presente en las fresas no solo mejora la digestión al facilitar el tránsito intestinal, sino que también actúa como un prebiótico, favoreciendo el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino. Sin embargo, es importante recordar que algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas al consumir fresas, especialmente aquellas con alergias relacionadas con el polen.
Sigue nuestro canal de WhatsApp