Algunos creen que el móvil principal de esa longeva disputa es por los yacimientos petroleros de esas pequeñas tres islas; aunque oficialmente, las dos delegaciones indican que es más de territorio que del contenido natural que poseen los mismos. Lo cierto es que, estas tres pequeñas islas deshabitadas en el Océano Atlántico, a 10 millas náuticas de Gabón y un poco más de Guinea Ecuatorial, están en el centro de una disputa territorial que enfrenta a estos dos Estados desde hace medio siglo. Del 30 de septiembre al 4 de octubre de este año, Libreville y Malabo han alegado ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, Países Bajos, reclamar la soberanía sobre Mbañé, Cocotiers y Conga.
La información es que, desde 1972, una docena de policías gaboneses han ocupado la isla de Mbañé, un asentamiento que nuestro país califica de “agresión”, según los abogados del Estado que participan en esas deliberaciones, en cambio, el Estado gabonés, por su parte, alega la existencia de un título de soberanía sobre los tres islotes: una “convención” firmada el 12 de septiembre de 1974 en Bata, Guinea Ecuatorial. Si los jueces validan el documento, entonces, dice Libreville, se resolverían todos los problemas territoriales. Pero para Malabo, la afirmación es haber heredado estas islas tras la partida de los colonos españoles.
En el primer día de las audiencias del tribunal, el 30 de septiembre, los abogados de Guinea Ecuatorial, en sus alegaciones, se plantearon interrogantes como: ¿Existe realmente el documento? ¿Es una falsificación? El Estado Gabonés nunca ha mostrado el documento original, al que no posee. Proporcionó “fotocopias”, “en partes ilegibles”, criticó uno de los abogados de Malabo, Philippe Sands, y agregó que el texto nunca ha sido ratificado por el Parlamento gabonés y nunca ha sido publicado en el diario oficial.
«Contra toda probabilidad, Guinea Ecuatorial niega la existencia misma de esta convención al abstenerse apenas de acusar a Gabón de haber falsificado un documento”, llegó a protestar Marie-Madeleine Mborantsuo, presidenta honoraria del Tribunal de Casación de Gabón, durante la audiencia del 2 de octubre.
Gabón se basa en particular en una carta que el ex presidente Omar Bongo había entregado al embajador de Francia en Libreville a finales de octubre de 1974, y en un reportaje televisivo de la época. Muestra a los dos jefes de Estado, Albert-Bernard Bongo (Omar Bongo) y Francisco Macías, en una sala de estar, frente a documentos. “Todo está arreglado”, se dice que dijo Omar Bongo en ese momento, pero lo cierto es que no hay veracidad ni prueba alguna de que éstos supuestos documentos tratasen de una cesión de que las islas efectivamente pertenecen a Gabón. Nuestro país vecino, hasta la fecha de hoy, no documentado nada al respecto, solo se limita a cuestionar que Guinea no lo aceptara.
El caso es que ese “pedazo de papel” volvió a aparecer en el año 2003, y la gente se pregunta, ¿Qué ocurrió entre 1974 y 2003, año en que el documento reapareció en los archivos franceses? “Durante 10.477 días, en silencio total”, dice Philippe Sands. La parte gabonesa dice que ha optado por ser discreta para no agravar el conflicto. Porque a pesar de la existencia de un acuerdo, según Libreville, “no ha sido bien recibido por algunos de los dirigentes ecuatoguineanos”, replica la gabonesa Marie-Madeleine Mborantsuo.
Según hemos sabido, los abogados de Guinea Ecuatorial han investigado los archivos diplomáticos franceses en La Courneuve (Sena Saint-Denis). El 2 de octubre de 1974, el embajador de Francia en Malabo escribió en un “despacho de noticias” que envió al Quai d’Orsay que “no se ha firmado nada definitivamente”. Los ayuntamientos gaboneses también han explorado los archivos españoles, al ser la ex colonia de Guinea Ecuatorial. Sin embargo, Libreville registró la “convención” en las Naciones Unidas en febrero de 2004, “con 29 años de retraso”, lo que también abre el debate de qué es lo que exactamente y legalmente vio la ONU en el referido documento para registrarlo.
Todo este asunto se basa en “una disputa legada por las potencias coloniales”, dice Marie-Madeleine Mborantsuo. Por lo tanto, debemos retroceder en el tiempo. La isla de Corisco, cerca de Mbañé, cayó bajo el dominio español en 1843. El acta de anexión “se compuso en un barco, según la tradición de los conquistadores españoles”, dice Alina Miron, una de las abogadas de Gabón, que impugna el título, que Francia, entonces una potencia colonial, no habría reconocido. A principios de la década de 2000, comenzó un largo ciclo de mediación bajo la égida de la ONU, pero, también se encarece una prueba de que las islas de Mbañé, Cocotiers y Conga, fueran territorio francés al no reflejarse en esa acta de anexión.
La decisión de los jueces, que ya han comenzado sus deliberaciones, se dará a conocer en los próximos meses. Hasta entonces, las petroleras están esperando para ver de qué lado se decanta el caso para explotar el oro líquido que hay en Mbañé, Cocotiers y Conga.
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