Ya van más de un mes desde que el Fiscal General de la República, Anatolio Nzang Nguema, anunció el pasado 1 de noviembre que se había abierto diligencias para verificar si Baltasar Ebang Engonga (Bello), autor de los vídeos eróticos que circulan en las redes sociales tiene una enfermedad contagiosa, y que haya utilizado esa vía para propagarla en la población ecuatoguineana. Sin embargo, hasta la fecha no se sabe si las muestras siguen en el laboratorio, y en qué centro sanitario del país.
La iniciativa del hombre de la ley fue aplaudida por preocuparse de la salud, una acción que tambien se consideró importante para restar las posibles “falsas” afirmaciones de que el ciudadano en cuestión es portador del VIH SIDA, porque, en caso de ser así, se estaría hablando de un delito contra la salud pública “que se castiga con pena de cárcel a personas que, con conocimientos de que posee una enfermedad infecto contagiosa la haya propagado a través de relaciones sexuales”, aseguró el fiscal General.
Aún cuando no manejamos los datos actualizados sobre la incidencia de la enfermedad en el país, informes remotos revelan que las infecciones por VIH aumentaron en un 37% entre el año 2010 y 2020, y desde 2021 el país tiene la tasa más alta de prevalencia de VIH en África Occidental y Central, 7,2% en adultos de 15 a 49 años. En 2021 ONUSIDA confirmó que alrededor de 65 mil personas viven con el VIH en Guinea Ecuatorial.
Los esfuerzos del Gobierno de Guinea Ecuatorial están encaminados a alcanzar el triple objetivo de detección del VIH para 2030, en diagnosticar el 95% de todas las personas con VIH positivo, proporcionar tratamiento antirretroviral al 95% de las personas que viven con el VIH y lograr una carga viral indetectable para el 95% de las personas en tratamiento.
Aunque es cierto que el tema de esos videos está un poco calmado en el país, el fiscal general de la república ya anunció con antelación que la Ley no castiga el hecho de haber mantenido las relaciones sexuales, eso sí si las victimas lo denuncian por falta de consentimiento. Además de que muchas son mujeres casadas.
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