Dos años desde su puesta en funcionamiento, el presidente del Tribunal de Cuentas, Melchor Esono EDJÓ, mediante una rueda de prensa, desempolvó ayer lunes, 1 de abril 2024, el grado de corrupción que hay en el país, una institución constitucional reciente en la administración pública de Guinea Ecuatorial, surgida con la necesidad de implantar la transparencia en la gestión económica y financiera del Estado, y mejorar la gobernabilidad del país.
Como un órgano nuevo, y dentro de su balance en sus dos años de existencia, no se habla de un balance abultado, pero, durante este tiempo, “nuestras actuaciones están a la vista de todos”, dijo Esono EDJÓ, presidente de este órgano.
Según los textos que regulan su funcionamiento, el artículo 1 de la Ley Orgánica establece que el Tribunal interviene con posterioridad selectiva, verificamos los hechos y hace las sugerencias. Qué medidas hay que tomar depende de la clase política.
“Si queremos reducir, no erradicar, el fraude y la corrupción que está enraizado en nuestra administración, hay que aplicar a los responsables, esta aplicación sí que frenará, si no lo hacemos, se convertiría a los magistrados del tribunal de cuentas como verdaderos actores cómicos en el escenario de la búsqueda de la transparencia y la gobernabilidad. Se habla de dinero por allá, desvíos por ahí, inventos, justificaciones inventadas, y no es la voluntad del jefe de Estado, ha creado esta institución para intentar de cortar los comportamientos atípicos de los funcionarios”, ha advertido Melchor Esono EDJÓ.
“Estamos avanzando en la elaboración del reglamento, ya hemos sido nombrados miembros del comité de auditorías de la Unión Africana, técnicos del Tribunal de Cuentas han estado en Adís Ababa para auditar algunas instituciones de la Unión Africana. Este reconocimiento ya es más importante y es un logro. Hemos estado en muchos foros científicos sobre la fiscalización de las finanzas públicas y de la gestión del Estado como en Rusia, Marruecos, y hemos llegado a firmar un memorando de entendimiento y asistencia mutua con Marruecos que lleva 40 años, vamos adquiriendo experiencia”.
Durante este corto periodo, el tribunal cree haber tenido importantes logros, pero también resulta una incomodidad para los que están habituados al fraude y a la corrupción.
“Hay resistencia por la incomodidad que presenta el tribunal de cuentas en la gestión de la cosa pública, la gente resiste en darnos los datos. Hay mucha corrupción en la administración pública. Hay gente que ha cogido dinero del Estado para algunas obras y no las han realizado, y muchos creen que ya no se acuerdan de eso. Los delitos de corrupción rescinden a los 30 años, hasta este tiempo la persona está dentro del margen de que se le puede llamar en cualquier momento y decirle que traiga el dinero, pero hay que tomar medidas, porque si no, la gente va a pensar que es un teatro”, revela Melchor Esono.
En la parcela de las dificultades, se cuenta que, surgen obstáculos porque la misma gente que debe dar información está implicada en estas operaciones, por ejemplo, “llevamos tiempo intentando verificar la liquidación del presupuesto de 2021, porque tenemos la autoridad de contrastar cualquier dato de los libros de registros de toda la administración, y ningún banco intermediario puede utilizar el dinero del Estado sin recibir órdenes, y si no nos quieren dar los datos es porque hay implicación”, acusa.
Y ha proseguido recordando que “llevamos dos años sin material. El jefe de Estado ya autorizó su compra desde el presupuesto anterior, además, hay un crédito del Banco Africano de Desarrollo de 100 millones en alguna parte, dicen que ya se ha comprado, pero sin ver ni las facturas”.
El Tribunal de Cuentas camina con optimismo hacia su futuro y ve mucha luz al final del túnel: “Hacemos nuestro trabajo, no tenemos policías ni ejército, sacamos a la luz todo lo que encontramos, enviamos al poder ejecutivo para la toma de medidas pertinentes. Creemos que, para el futuro, teniendo en cuenta el ánimo y el apoyo que da el jefe de Estado, encontraremos nuestro puesto”, ha sentenciado Melchor Esono EDJÓ, presidente del Tribunal de Cuentas de Guinea Ecuatorial.