La ciudad de Bata está sumergida en una necesidad ferea del arroz, esta es la situación que los residentes están experimentando en estos meses cuando acuden a los mercados para realizar sus compras. De acuerdo a los escasos recursos económicos que manejan muchas familias, aseguran que les sirven para “organizarse para poder afrontar el nuevo mes, haciendo compras de artículos de primera necesidad”, donde se incluye el saco de arroz, como medida de subsistencia para las familias numerosas.
Los productos de la canasta familiar registran una fluctuación al alza en sus precios desde hace mucho tiempo, el caso específico del arroz preocupa a las familias al registrar un incremento en el precio por su escasez, según denuncian los ciudadanos. Ni los vendedores minoristas, ni los mayoristas, proveedores como Martinez Hermanos, EGTC., etc. tienen respuesta a este problema, la única expresión que se puede escuchar cuando se solicita es “NO HAY”.
El nivel de consumo del arroz en las viviendas del país es muy alta, su falta en los mercados afecta en gran manera. Los moradores del Litoral aseguran que “es una prioridad y un alimento indispensable en más de la mitad de las viviendas de esta ciudad costera, y es uno de los alimentos más consumidos por la población de Guinea Ecuatorial”.
Según el ciudadano Santiago Esono, su salario “no alcanza para poder comprar pequeños bultos de arroz a 5.000 diariamente, antes de esta situación cuando cobro compramos un saco grande y nos llegaba todo el mes”, lamenta furiosamente, y, añade que eso le cambia todos los planes del mes, “ahora los niños están de vacaciones, muchos están en los pueblos, dentro de un mes regresarán para comenzar con las clases y si no hay arroz o está tan caro, cómo se alimentan”, seguía explicando.
La alta demanda y la falta del arroz también ha afectado en su precio en los mercados de Bata, en consecuencia, en la economía familiar, alcanzando en algunos lugares el importe de 30.000 francos el saco grande, 20.000 el pequeño y 6.500, el perfumado que antes costaba 5.000 francos. Muchos empezaron a encargar sacos de este alimento en Mbini ya que allá lo vendían más barato, pero este aumento de demandantes también ha llevado a Mbini a la misma situación.
Algunos, por alta necesidad han optado por comprar los bultos y vasitos de 100 y 200 francos, como lo hace Margarita Ada, aunque según explica “no me llega para poder cubrir la casa durante el mes”, hablando en la misma línea que todos los demás.
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