Día Mundial del Queso: Un manjar que puede ser tu mejor o peor amigo

En el Día Mundial del Queso, se celebra a este alimento que, además de su exquisito sabor, aporta beneficios como mejorar la salud intestinal.

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El queso es un alimento que ha acompañado a la humanidad durante más de 4.000 años, destacándose no solo por su sabor y versatilidad, sino también por sus propiedades nutritivas. En el contexto del Día Mundial del Queso, es importante reflexionar sobre su impacto en la salud.

Aunque  puede ser beneficioso al estimular la producción de saliva y regular la presión arterial gracias a péptidos bioactivos, también presenta desventajas por su alto contenido de grasas saturadas y sodio. Variedades como el cheddar y el queso azul son ricas en ácido linoleico conjugado (CLA), que puede mejorar el perfil lipídico, mientras que, quesos como el gouda y provolone, aportan probióticos que favorecen la salud intestinal.

La nutricionista Rhiannon Lambert, autora de The Unprocessed Plate, señala que los quesos más saludables son aquellos con bajo contenido de grasas saturadas y sal. Entre estos se encuentran el requesón, conocido por su alto contenido de proteínas y su versatilidad en diversas recetas; la ricota, que proporciona calcio y vitamina A con menos grasa; y la mozzarella, que es baja en grasas saturadas y sodio, además de ser fuente de probióticos. Otros quesos recomendados son el feta, que se elabora con leche de oveja y es fácil de digerir; el paneer, rico en vitaminas A y D; y el parmesano, que tiene bajo contenido en lactosa. Estos quesos no solo son sabrosos, sino que también ofrecen beneficios para la salud.

En cuanto a las calorías, existe una gran variabilidad entre los diferentes tipos de queso: por ejemplo, el requesón bajo en grasa contiene aproximadamente 90 calorías por cada 100 gramos, mientras que el parmesano alcanza las 430 calorías. La cantidad ideal de queso a consumir depende del estado de salud individual y del resto de la dieta. Según especialistas de Cleveland Clinic, si se lleva una dieta baja en sodio y grasas saturadas, consumir entre 56 a 85 gramos diarios puede ser seguro; sin embargo, para aquellos con antecedentes cardíacos se recomienda limitarse a 28 gramos diarios o menos.

Es crucial que personas con enfermedades cardiovasculares o hipertensión restrinjan su consumo de queso. Asimismo, quienes tienen intolerancia a la lactosa deben optar por quesos bajos en lactosa como el parmesano o feta, mientras que las mujeres embarazadas deben evitar quesos blandos no pasteurizados para proteger su salud y la del bebé.

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