El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha conmutado este lunes 23 de diciembre las penas de muerte de 37 de los 40 reclusos federales, adelantándose al regreso de Donald Trump. La medida deja apenas a un puñado de asesinos de alto nivel, que actuaron por odio o terrorismo, expuestos a la pena de muerte federal, para los que ha habido una moratoria durante el mandato de Biden.
Los tres reclusos que permanecerán en el corredor federal de la muerte son: Dzhokhar Tsarnaev, que ayudó a perpetrar el atentado del maratón de Boston de 2013; Dylann Roof, un supremacista blanco declarado que en 2015 mató a tiros a nueve asistentes negros a una iglesia en Charleston (Carolina del Sur); y Robert Bowers, que mató a 11 fieles judíos durante un tiroteo masivo en 2018 en la sinagoga Árbol de la Vida en Pittsburgh.
Mientras que la mayoría de las 37 personas cuyas penas fueron conmutadas el lunes fueron condenadas por delitos menos notorios, como asesinatos relacionados con el tráfico de drogas o la muerte de guardias de prisiones u otros reclusos. Entre los conmutados figuran nueve condenados por asesinar a compañeros de prisión, cuatro por asesinatos cometidos durante atracos a bancos y uno que mató a un guardia de prisiones.